Fuente: DW - Octubre 2020
El barco Polarstern del Instituto Alfred Wegener de Alemania regresará al puerto el lunes, trayendo a casa pruebas devastadoras de un "Océano Ártico moribundo" y advertencias de veranos sin hielo en sólo décadas.
Los investigadores que regresan de una expedición de investigación de un año en el Ártico tienen malas noticias: el Océano Ártico se está muriendo.
El buque de investigación Polarstern atracará en Bremerhaven, Alemania, el lunes después de pasar 389 días a la deriva por el Ártico, donde los científicos recogieron más de 150 terabytes de datos y 1.000 muestras de hielo. Aunque llevará hasta dos años analizar todos los datos, los informes iniciales dijeron que el océano estaba fallando.
"Fuimos testigos de cómo el Océano Ártico se está muriendo", dijo el líder de la misión Markus Rex a la AFP. "Vimos este proceso justo fuera de nuestras ventanas, o cuando caminamos sobre el hielo quebradizo".
El cambio climático acelera los daños
El Observatorio Multidisciplinario a la Deriva para el Estudio del Clima del Ártico (MOSAiC) mostró el efecto que el cambio climático estaba teniendo en el Océano Ártico.
El calentamiento del Ártico se está haciendo realidad
Más de 70 institutos de investigación de 20 países participaron en la investigación, que mostró un Océano Ártico en peligro. Según Rex, a veces se había derretido tanto hielo que había grandes manchas de agua que "a veces se extendían hasta el horizonte".
"En el propio Polo Norte, encontramos hielo muy erosionado, derretido, delgado y quebradizo", añadió.
El Ártico juega un papel clave en el ecosistema global, ya que enfría el aire tropical del sur para crear el clima y las corrientes de aire. Sin el aire tropical que se enfría en el Ártico, cambiaría los sistemas y las condiciones meteorológicas en todo el mundo.
Rex advirtió que si la tendencia de calentamiento en el Polo Norte continuaba, entonces podría haber "un Ártico libre de hielo en el verano".
Los investigadores también recogieron muestras de agua de debajo del hielo durante la noche polar para estudiar el plancton y las bacterias para comprender mejor cómo funcionan los ecosistemas marinos en condiciones extremas.