Fuente: Politico - Autora: Eline Schaart - Diciembre de 2020.
La reportera de productos químicos de Politico echa un vistazo a las sustancias que lleva dentro.
Las sustancias químicas peligrosas se encuentran en los cuerpos de todos los europeos, pero la mayoría de la gente lo ignora felizmente.
Yo ya no vivo en el país de las maravillas después de participar en un estudio cuyos resultados se han publicado esta semana. Descubrí que tengo 19 de las 28 sustancias químicas peligrosas analizadas en mi cuerpo, incluidos el bisfenol A (BPA) y el ftalato de monoetilo, que en concentraciones más altas se considerarían peligrosas para mis sistemas reproductivo y de desarrollo.
El lado positivo es que para todos los compuestos químicos, sólo tenía concentraciones muy bajas - en volúmenes de una milmillonésima parte de un gramo, que es 600.000 veces más pequeño que un grano de azúcar. Además, todos mis valores estaban por debajo de la media encontrada en los mejores estudios disponibles.
Pero eso no significa que esté fuera de peligro, afirma Nicolas Olea, médico del Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques de Barcelona que analizó las muestras.
"El mejor nivel de cualquiera de estas sustancias químicas en la sangre o la orina es cero", advirtió Olea a través de una videollamada, y añadió: "Cualquier sustancia química exógena extraña en tu cuerpo tiene que considerarse no buena".
También dijo que los resultados pueden variar significativamente con el tiempo porque la mayoría de los compuestos químicos analizados se descomponen entre uno y tres días. "Si te hacen la prueba mañana podrían ser mucho más altos o más bajos, porque, por ejemplo, has cambiado tu dieta", dijo.
El estudio, iniciado por la ONG Zero Waste Europe, analizó la presencia de ftalatos y fenoles -ambos productos químicos utilizados en artículos de uso cotidiano como los envases de plástico de los alimentos y los cosméticos- en las muestras de orina de 52 participantes de seis países europeos.
También participaron en Bélgica la Vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, la Vicepresidenta del Parlamento Europeo, Heidi Hautala, y el eurodiputado Pascal Canfin, que preside la comisión de Medio Ambiente.
"Todos necesitamos confiar en lo que comemos. Eso va desde tener productos alimentarios asequibles, seguros y trazables hasta asegurarse de que los envases de los alimentos están libres de cualquier sustancia química peligrosa que pueda resultar perjudicial para nuestra salud", dijo Vestager.
Exposición a sustancias químicas
La exposición a sustancias químicas sintéticas y metales pesados es una preocupación creciente, según la Agencia Europea de Medio Ambiente y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque es difícil establecer una relación causal entre la exposición a sustancias químicas y ciertos riesgos para la salud, los estudios han descubierto que las sustancias químicas peligrosas están asociadas a una amplia gama de impactos graves sobre la salud, como enfermedades crónicas, trastornos neurológicos y efectos sobre el desarrollo de los bebés en gestación.
La OMS ha calculado que el 2,7% de la carga de enfermedad mundial y el 1,7% de todas las muertes fueron atribuibles a los productos químicos en 2016.
Las sustancias químicas se utilizan como aditivos en una amplia gama de envases de plástico para alimentos con el fin de proporcionar una serie de características, como la flexibilidad, la durabilidad contra el calor o la luz solar, o la coloración. La mayoría de estos aditivos no están fuertemente unidos a los plásticos y, por lo tanto, pueden filtrarse fácilmente al entorno, incluidos los alimentos envasados. Lo mismo ocurre con los aditivos utilizados en los cosméticos o los alimentos.
Según un estudio reciente, de las más de 12.000 sustancias químicas que pueden utilizarse para fabricar materiales en contacto con los alimentos, el 5% se consideran peligrosas.
La Comisión Europea se comprometió a principios de este año en su estrategia "de la granja a la mesa" a proponer una revisión de la legislación de la UE sobre materiales en contacto con los alimentos para finales de 2022. La legislación actual está anticuada y los científicos y las organizaciones de salud pública reconocen ampliamente que no cumple su función de proteger la salud humana.
"Esta revisión tan esperada y reclamada es una oportunidad que no debe desperdiciarse", dijo Justine Maillot, responsable de la campaña de consumo y producción de Zero Waste Europe.
"Los ajustes al margen de la legislación actual no servirán para nada", dijo, y añadió que "si la UE quiere proteger eficazmente la salud humana, y al mismo tiempo construir sistemas alimentarios sostenibles y una economía circular libre de tóxicos, tiene que optar por una reforma fundamental."
Elecciones de estilo de vida
El número de sustancias químicas peligrosas encontradas en las personas que participaron en el estudio osciló entre 18 y 23, con poca variabilidad entre países.
La exposición a estas sustancias - y a las sustancias químicas peligrosas en general - depende de la dieta, el uso de productos de cuidado personal o de limpieza, los utensilios de cocina antiadherentes y el entorno laboral.
Aunque escribo a diario sobre productos químicos y regulación, en general no soy muy consciente de cómo mi consumo me expone a ciertas sustancias. Aparte de evitar comprarle a mi sobrina juguetes que contengan BPA y ropa de exterior que utilice perfluoroalquilos y polifluoroalquilos (PFAS) altamente persistentes, sigo comprando alimentos procesados como verduras en conserva y platos preparados.
Tampoco estoy segura de que los resultados me hayan hecho pensar de forma diferente sobre mi forma de consumir en el futuro".
Olea, que participó en el estudio, dijo que no está muy preocupado por su propio resultado. Sin embargo, añadió que le preocupa "la distribución de la exposición" entre los participantes. "Soy un hombre mayor, no tengo una tarea reproductiva (...) pero también hay muchos jóvenes, mujeres y quizá tengan que preocuparse por esta exposición", añadió.