Fuente: Liberation - Por Edgar Morin, sociólogo - 12 de marzo de 2020
El virus está trayendo una nueva crisis planetaria a la crisis planetaria de la humanidad en la era de la globalización. Y revela, una vez más, nuestra interdependencia. La respuesta sólo puede ser de solidaridad y una respuesta planetaria.
Apareció muy lejos en una ciudad desconocida en China. Inmediatamente, las mentes compartimentadas, incluyendo la de nuestro entonces Ministro de Salud, nos tranquilizaron: este virus no llegará a nuestro país. Pero el virus viaja de mano en mano, de aliento en aliento, toma el camino, el barco, el avión, va de tierra a tierra, de la tos a la saliva. Penetra con sigilo, aquí y allá, en Lombardía, en el Oise, y se extiende por toda Europa. La contaminación gana. Se declara la alerta de pandemia.
El problema principal es obviamente la salud. Los hospitales, víctimas de ahorros sin sentido, ya están abrumados, y el virus amplificará la crisis hospitalaria. La cura es todavía desconocida, la vacuna no existe. Las declaraciones de los médicos son contradictorias, algunas advierten de un gran peligro, otras tranquilizan sobre la baja tasa de mortalidad.
Las autoridades públicas están adoptando medidas de protección que sólo pueden aislar parcialmente a los enfermos o a los sanos en peligro.
Las medidas preventivas adoptadas en todo el mundo están afectando a las escuelas, las reuniones, frenando el comercio, inmovilizando los buques de carga y de pasajeros, limitando los viajes internacionales, bloqueando los productos de exportación de China, especialmente los medicamentos, reduciendo el consumo de combustible, desencadenando una crisis entre los países productores de petróleo, provocando caídas en el mercado de valores y empezando a provocar una crisis económica en una economía mundial ya desregulada.
De hecho, el virus está trayendo una nueva crisis planetaria a la crisis planetaria de la humanidad en la era de la globalización. Sin embargo, esta complejidad sigue siendo considerada y tratada en cuestiones y sectores separados en todas partes. Cada estado cierra su nación sobre sí misma; la ONU no propone una gran alianza planetaria de todos los estados. ¿Debemos pagar, en víctimas adicionales, por el sonambulismo generalizado y la falta de espíritu que separa lo que está conectado? Y sin embargo, el virus nos revela lo que estaba oculto en las mentes compartimentadas que se formaron en nuestros sistemas educativos, mentes que eran dominantes entre las elites tecno-económicas-financieras: la complejidad de nuestro mundo humano en la interdependencia e intersolidaridad de la salud, lo económico, lo social y todo lo humano y planetario. Esta interdependencia se manifiesta en innumerables interacciones y retroalimentaciones entre los diversos componentes de las sociedades y los individuos. Así pues, la perturbación económica causada por la epidemia fomenta su propagación.
El virus nos dice entonces que esta interdependencia debe dar lugar a la solidaridad humana en la conciencia de nuestro destino común. El virus también nos revela lo que he llamado la "ecología de la acción": la acción no obedece necesariamente a la intención, puede ser desviada, desviada de su intención e incluso volver como un bumerán para golpear al que la ha desencadenado. Esto es lo que el profesor Eric Caumes de la Pitié-Salpêtrière predice: "Al final, son las reacciones políticas a este virus emergente las que conducirán a una crisis económica mundial... con un beneficio ecológico". La última paradoja de la complejidad: el mal económico podría generar una mejora ecológica. ¿A qué costo? En cualquier caso, mientras nos hace mucho daño, el coronavirus nos dice verdades esenciales.
Cuando los avances científicos y tecnológicos, las potencias mundiales, la aldea global, el dominio del hombre en muchos aspectos y la digitalización nos permite ver en tiempo real lo que pasa en el mundo... llega esta pandemia para demostrarnos que seguimos siendo una humanidad que esta en evolución. La impotencia para controlar el virus, elaborar la vacuna, evitar tantas muertes, nos permite hacer un análisis mundial, estamos preparados para controlar todo el impacto que tendrá en la humanidad, creo que no tenemos claridad en cuanto a las consecuencias en lo económico, político, social, familiar. La humanidad está impactada y nunca será igual, ante esto no hay vuelta de hoja.
Hola soy enfermera en el Hospital privado del Sur.. y la verdad que esta siendo una tension continua;por todo lo que implica esto de activar y aprender nuevos protocolos con el tema del covid 19. Se esta haciendo todo sobre la marcha ya que es algo desconocido y viendo como actuar en dicho caso. Y bastante amargados todos por como esta actuando la gente que no sabe del manejo del personal hospitalario .Es muy triste como opinan sin conocer del tema. Sin embargo nosotros le ponemos todos nuestros conocimientos y voluntad a nuestro trabajo diariamente.
Es un texto profundo la situación de pandemia es sin duda un antes y un despues en nuestra historia genera muchas sensaciones encontradas
Hermoso planteo y que alegría que este señor este aun vivo para regalarnos su pensamiento, no es fácil entender lo que dice pero a la vez es tan claro
Es muy cierto de la complejidad de Edgar Mori9n y el corona virus, necesitamos unirnos como planetarios que somos, para poder llegar ala Cima.