La producción de carne ha aumentado en más de un 372% desde el año 1960. Cada año se sacrifican 70.000 millones de animales para la producción de alimentos. Eso son 130.000 animales por minuto.
Esta escala sólo es posible porque hemos transformado la agricultura animal de un sistema de agricultura familiar predominantemente pastoril a un sistema industrializado de producción ganadera. Creando una industria de 1,3 trillones de dólares, sirviendo como columna vertebral para el ascenso de las grandes compañias alimenticias y productos icónicos, desde el Big Mac hasta el Whopper. Ha hecho que las proteínas animales -ya sean de leche, carne o pescado- sean tan ubicuas que el precio de un Big Mac proporciona el estándar para medir la desalineación de la moneda entre los países, y los huesos de pollo pueden servir como el fósil que define al Antropoceno.
Pero es un sistema que, cada vez más, está bajo escrutinio por la escala de su impacto en la salud de la gente y en el planeta, siendo una de las principales causas de emisiones de gases de efecto invernadero y de pérdida de biodiversidad. Con el útlimo informe del IPCC haciendo foco en este tema y recomendando directamente que se coma menos carne.
Estas preocupaciones están llevando a los consumidores a buscar sustitutos para la carne y los productos lácteos e inspirando a los innovadores a satisfacer esta demanda: replicando el sabor, la textura de las proteínas animales con una mejor eficiencia de los recursos y sin el animal real.
Estas innovaciones han puesto en tela de juicio la tesis sostenida durante mucho tiempo de que la única manera de que el sector crezca (y alimente a un mundo de 10.000 millones de personas para 2050) es a través de la expansión de nuestro actual sistema de producción animal intensiva. Por primera vez desde el advenimiento de la ganadería industrial hace casi 60 años, las proteínas alternativas, ya sean de origen vegetal o celular, constituyen un camino viable para satisfacer la demanda mundial de proteínas de forma sostenible.
Desde 2016, FAIRR - una red de más de 250 inversores institucionales - ha coordinado un compromiso de colaboración entre inversores con 25 empresas globales de alimentación que cotizan en bolsa, para animarlas a diversificar las fuentes de proteínas, disminuyendo la dependencia de las proteínas animales.
En un informe reciente de FAIRR, Appetite for Disruption, dan una serie de datos del crecimiento explosivo de este mercado
1. La diversificación de proteínas es un motor para el crecimiento del negocio
Los alimentos vegetales lideran el crecimiento del sector alimentario: en Estados Unidos, las ventas de alimentos vegetales han crecido un 31% en los últimos dos años, mientras que las ventas de alimentos en general subieron un 4% . No es de extrañar que términos como "vegetal" y "vegano" aparezcan ahora regularmente en las comunicaciones de las empresas: en 2018-19, el 64% de las empresas que participan en FAIRR se refirieron a estos términos en sus informes anuales y en las llamadas trimestrales de beneficios a los inversores.
El mercado estadounidense de sustitutos de la carne está muy por delante de Europa y es tres veces mayor que el del Reino Unido, que ocupa el segundo lugar.
2. Instantánea del mercado de las proteínas vegetales en 2019
El mercado de alimentos vegetales mantuvo un fuerte crecimiento en 2018 y 2019, con un análisis de mercado que afirma que "el cambio hacia estilos de vida flexitarios, vegetarianos y veganos es innegable".
Los nuevos datos que muestran el crecimiento del mercado y las oportunidades para el sector vegetal son convincentes, tanto a nivel mundial como regional. Una nueva perspectiva de cuatro años de Euromonitor publicada en febrero de 2019 estima que el mercado mundial de sustitutos de la carne tiene actualmente un valor de 19.5 billones de dólares en todo el mundo. Para los sustitutos de la carne, excluido el tofu, el tamaño actual del mercado mundial se sitúa entre 4 y 5 billones de dólares. En términos de estimaciones de crecimiento, las previsiones de crecimiento global anual oscilan entre el 6,8% y el 9,4% hasta 2025.
El rápido crecimiento del mercado de los alimentos basados en vegetales ha hecho que los productores, los minoristas y las marcas de alimentos se pongan al día. Los nuevos competidores como Beyond Meat, Just and Impossible Foods han obligado a los actores históricos del sector a innovar, invertir y lanzar nuevos productos para evitar la disrupción de sus marcas existentes.
Este mismo año, los analistas de JP Morgan, Barclays, AT Kearney y UBS han analizado la rapidez con la que la carne alternativa capturará cuota de mercado de la carne tradicional. Las alternativas lácteas ya han ganado cuota de mercado y ahora representan el 13% de las ventas minoristas de leche en Estados Unidos.
Para darnos cuenta de la tendencia del mercado, se muestra a continuación el crecimiento de las inversiones en proteinas vegetales en el mercado de valores.
El compromiso de FAIRR para animar a las mayores empresas alimentarias a diversificar las fuentes de proteínas, lejos de una excesiva dependencia de las proteínas animales fue creciendo exponencialmente:
La fase 1 del compromiso se inició en septiembre de 2016 y se centró en 16 empresas alimentarias. En su primer año, contó con el apoyo de 36 inversores con un total de 1,25 trillones de dólares en activos. Este apoyo al inversor se ha duplicado en cada ronda del compromiso desde su lanzamiento (coincidiendo con un aumento de las empresa de 16 a 25). Actualmente en la Fase 3, el compromiso cuenta con 74 inversores con activos combinados por 5,3 trillones de dólares en apoyo. Esto ilustra el creciente interés de los inversores en la importancia de la proteína sostenible, y su comprensión como una cuestión empresarial transversal, que es fundamental para la creación de valor a largo plazo y la mitigación de riesgos clave, desde el riesgo climático hasta la escasez de recursos y la salud humana.
Fuentes: World Economic Forum, FAIRR