Fuente: SSRN - 8 de junio de 2021
Las plantas y los animales oceánicos que regulan el clima están siendo destruidos por los productos químicos tóxicos y los plásticos, lo que acelera nuestro camino hacia un pH oceánico de 7,95 en 25 años que devastará a la humanidad.
Autores:
Howard Dryden - Centro de Innovación Roslin - Universidad de Edimburgo - Fundación Goes
Diane Duncan - Centro de Innovación Roslin - Universidad de Edimburgo - Clean Water Wave CIC
Equipo de Estudio Ambiental Oceánico Global (GOES)
Fecha de redacción: 5 de junio de 2021
Resumen
Las plantas y los animales marinos deberían seguir prosperando en las aguas oceánicas, pero no es así. Hemos perdido el 50% de la vida marina en los últimos 70 años. El equipo del GOES ha utilizado su experiencia profesional y académica colectiva para llevar a cabo un análisis más profundo de los datos revisados y publicados para explorar las razones menos obvias de este declive y sus implicaciones para el clima y la humanidad. En nuestra opinión, esta pérdida de vida marina está directamente relacionada con el descenso del pH oceánico y la "revolución química" que comenzó en 1950, un descenso que continúa hoy en día a un ritmo del 1% anual a pesar de que existen condiciones ideales para el crecimiento.
No cabe duda de que son las diminutas plantas y animales planctónicos del océano los que regulan nuestro clima, pero el mayor ecosistema del planeta parece ser ignorado como una de las herramientas para hacer frente al cambio climático. Una de cada dos respiraciones que hacemos proviene de la fotosíntesis marina, un proceso que también utiliza el 60-90% de nuestro dióxido de carbono. Si hemos perdido el 50% de lo que regula el clima, seguramente ha llegado el momento de parar, echar un nuevo vistazo a la química y la biodiversidad de los océanos y hacernos algunas preguntas fundamentales: "¿Por qué hemos perdido este nivel de vida marina? ¿Por qué continúa el declive? ¿Qué significa esto para nuestro clima y la humanidad?
Desde el punto de vista del cambio climático, es especialmente preocupante el nivel de ácido carbónico en los océanos, que es el resultado de la disolución del dióxido de carbono atmosférico en los océanos. En la década de 1940, el pH era de 8,2, pero en 2020, el pH había bajado a 8,04, lo que significa que el océano se está volviendo más ácido. Si no hay plantas que utilicen el "carbono" para la fotosíntesis, esto deja el ácido carbónico sin utilizar para hacer descender el pH. Los informes de respetados institutos de todo el mundo señalan una aceleración del proceso de acidificación de los océanos, lo que provocará la pérdida de más plantas y animales marinos, especialmente los que tienen conchas y estructuras corporales de carbonato (aragonito). Estos mismos informes pronostican que en 25 años, el pH bajará a 7,95 (2045) y con ello, estiman que se perderá entre el 80% y el 90% de toda la vida marina restante, lo que en opinión del equipo del GOES es un punto de inflexión; un límite planetario que no debe ser superado si la humanidad quiere sobrevivir.
Seamos claros: si, por algún milagro, el mundo alcanza el Cero Neto en 2045, las pruebas del informe BioAcid del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) [1] demuestran que esta reducción no será suficiente para detener el descenso del océano a un pH de 7,95. Si se reduce el nivel de vida marina (tanto vegetal como animal), se agota la capacidad de los océanos para bloquear el carbono en el fondo marino. El equipo del GOES tiene claro que si sólo seguimos estrategias de mitigación del carbono y no hacemos más para regenerar la vida vegetal y animal en los océanos, llegaremos a un punto de inflexión, un límite planetario del que no habrá retorno, porque toda la vida en la Tierra depende del mayor ecosistema del planeta. La humanidad sufrirá terriblemente por el calentamiento global, pero hay que entender que los océanos ya muestran signos de inestabilidad hoy en día con un pH de 8,04, pero el pH de 7,95 representa el punto de inflexión.