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Sembrando futuro: "la revolución comienza en la cocina"


Carlos Briganti construyó una huerta agroecológica en la terraza de su vivienda en Buenos Aires


Por Laura Deriu - Junio 2020

Cómo dice Vandana Shiva, "la revolución comienza en la cocina", no hay soberanía alimentaria apostando a la soja, sino reconciliándonos con la cultura de la tierra, desde el amor, el cuidado, el saber ancestral, y la no violencia. Ideas para el mundo que viene.


Mientras el ártico se derrite, y un virus respiratorio de gran contagiosidad y baja letalidad se expande por el mundo, un país subpoblado de America del Sur debate acerca del destino de una empresa con puerto propio que compra y vende soja, aceite de soja y harina de soja.


Soberanía alimentaria, se escuchó decir. Dos palabras que transforman en simpáticos y amigables con el ambiente a quienes las pronuncian.


Pero todo se confunde cuando se habla de manejar esa empresa dentro de otra, petrolera, cuya matriz productiva, extractivista, apuesta a la fractura hidráulica (fracking),y que ademas produce ,promociona y vende los agro-químicos que se pretenden desterrar, lo que la sitúa mas cerca del problema que de la solución. La biblia y el calefón.


Señales


Sin duda que la creación de una Dirección de Agroecología a cargo de un referente histórico de la misma y la presencia de un representante de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra) en el Mercado central son buenas noticias para quienes queremos ver los cambios imprescindibles e impostergables.


También son auspiciosas las declaraciones del Ministro de Medio Ambiente, llamando a las cosas por su nombre... venenos. Pero nada de eso será lo que deba ser si no cambia el modelo de país, y si no se alinean en esa dirección todos los demás Ministerios, desde Salud hasta Educación, pasando por Producción, e incluso Economía, o al menos, comienzan a darse los primeros pasos.


Difícilmente esto suceda si el Presidente sigue pensando que un fallo que se opone a las pulverizaciones con glifosato cerca de escuelas, es desmedido ,como expreso oportunamente y en campaña. Primero esta la salud. ¿O solo ante un virus?


Peor aun será si Argentina se encamina, como parece estar haciéndolo, a ser la prooveeduria incondicional del Imperio Chino, que en plena crisis climatica quiere comerse el planeta entero, pretendiendo también tener a la carne como plato principal, dándose incluso el macabro lujo de aniquilar a millones de cerdos, victimas de la peste porcina africana, trasladando esa producción contaminante, de alto impacto ambiental, de altísima huella hídrica, e insostenible climática y planetariamente (como afirman , demuestran y advierten cientificos de todas las nacionalidades a lo largo y ancho de la tierra ..) a nuestro país. Ganaderia Industrial. Mas soja Genéticamente Modificada y mas agro-tóxicos, para alimentar millones de cerdos que serán embarcados rumbo a Asia.


El fin justifica los medios, el fin es exportar, no importa que, ni a que costo, ni con que consecuencias. Se necesitan billetes. Con los billetes se come, se educa y se cura....pero eso era antes, antes de la crisis climática en ciernes. Sin salud ambiental, ni se come, ni se cura, y mucho menos se educa...con un covid 19 de muestra alcanza y sobra...

Huerta, huerta, huerta.


Mientras algunos referentes y organizaciones sociales vuelven a errar el camino, reuniéndose con Grobocopatel, el autodenominado sin tierra, Rey de Reyes de la legumbre transgénica y de la República Unida de la Soja, otros se alejan de ese pasado oscuro, y se preparan para lo que se viene, apostando al buen futuro.


Estos últimos, un grupo de organizaciones que acaban de presentar un proyecto ante la legislatura porteña,para que por ley se cree un sistema de huertas publicas agroecologicas ,en la ciudad de Buenos Aires.


Carlos Briganti,referente del colectivo El Reciclador Urbano, expresaba al respecto,....''Ver ahi una huerta es el punto inicial para que uno se pregunte de donde viene el alimento, en que condiciones y como es producir en la tierra. Si estamos en emergencia alimentaria y tenemos que visibilizar el alimento, lo mejor es hacerlo a través de una huerta....´'



El proyecto habla de políticas públicas que propicien uso racional del suelo, técnicas agroecológicas, educación ambiental, integración social, soberanía alimentaria y salud, desarrollo local y gestión de residuos. Ademas de apoyo económico, fomento e infraestructura. El referente es una prueba viviente de todo lo que se puede hacer, ha logrado un espacio verde en una terraza, colmada de hortalizas y frutos de todo tipo, en tachos de plástico reciclados, un vergel que contrasta con el frío cemento circundante.


Alicia en el país de las maravillas.


Alicia vino de lejos,recorriendo Latinoamérica, y se quedo a vivir en Buenos Aires. Su acento sajón apenas se le nota. Su labor esta centrada en los niños, especialmente los niños vulnerables, y vulnerados, desde los judicializados, alojados en instituciones para separarlos y recuperarlos del maltrato padecido, hasta los que viven en barrios marginados, donde las necesidades y la pobreza golpean duro.


Creo Delicias de Alicia, un espacio en el barrio de San Telmo (Buenos Aires), donde además de poder ir a comer disfrutando de sus recetas, la ayudamos a concretar su sueño de ayudar a quienes mas lo necesitan.


Ella transmite saberes, esos de los que sabiamente nos habla Vandana Shiva ... trabajar con las manos, crear un jardín, proteger las semillas, dar clases de cocina, cocinar, en fin, crear comunidad, crear humanidad.



Eso es lo que aprenden, por ejemplo, los niños de la Villa de Barracas, producir sus propios alimentos, ricos, sanos, nutritivos y económicos. Trabajar con sus manos, y hasta enseñarles a sus madres a elaborarlos, Alicia les enseña a alimentarse en forma saludable a través de recetas vegetarianas equilibradas y completas, con insumos de fácil acceso y costo asequible.


Ciudadanos altruistas, con ideas e iniciativas, sin recursos económicos, pero con pasión y firmes convicciones, y la certeza de que ese es el camino.


Si estas personas lograron esto, que podría hacer un Estado, o un gobierno, que cuenta con todo lo necesario para impulsar desde talleres de alimentación consciente hasta huertas urbanas ,comunitarias, con cultivos de aromáticas y medicinales, e incluso implantación de bosques o montes frutales, proyectos a corto, mediano y largo plazo, utilizando cada metro cuadrado de espacio ocioso presente en un país que tiene una superficie de casi 3 millones de kilometros cuadrados,con cientos de miles de hectáreas fiscales.


Pues puede hacer TODO, y mas también. Hacer lo imprescindible e impostergable, preparándonos para lo que vendrá.


Los alimentos sanos, diversificados, al alcance de miles de manos, y al cuidado de tantas otras miles, como parte de una política de estado, que podría incluso nacer en las escuelas, con los niños preparando los almácigos y los plantines de los alimentos que luego verán crecer, siendo también los guardianes de sus obras.


Seria un paso importante para familiarizarnos y reconciliarnos con la cultura de la tierra, desde el amor, el cuidado, el saber ancestral, y la no violencia. Condimentos básicos para una nueva normalidad.

Y desde allí, trabajar para todos los demás cambios que por supuesto harán falta. Porque es ahora... o nunca.


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