Extracto del libro "El Sol mi corazón" - Septiembre 2020
En lugar de la meditación sobre el vacío verdadero puede utilizarse también otra denominada "la meditación del milagro de la existencia", entendiendo aquí por existencia estar en el presente. El "milagro de la existencia" consiste en percatarse de que el universo está contenido en cada cosa, y a la vez no podría existir si no contuviera todas las cosas que contiene. Este percatamiento de la interconexión, interpenetración y entrelazamiento del ser torna imposible que digamos que algo "es" o "no es"; de ahí que la llamemos "existencia milagrosa".
Al mirar una silla, vemos la madera pero no el árbol, ni el bosque, ni al carpintero, ni a nuestra propia mente. Si meditamos quizás lleguemos a ver el universo íntegro en la silla, con todas sus relaciones interdependientes y entrelazadas, La presencia de la madera revela la presencia del árbol, del hachero, del carpintero, de todas las herramientas que se utilizaron, de todos los hombres y mujeres que las crearon; la presencia del árbol revela la presencia de la lluvia, del sol, de los microorganismos que forman el suelo, de los minerales. Los meditadores pueden ver lo uno en lo múltiple, lo múltiple en lo uno. Aún antes de tener la silla delante, pueden ver su presencia en el corazón de la realidad viviente. La silla no está separada; sólo existe en sus relaciones interdependientes con todo lo demás en el universo. Si ella ES, es porque todas las demás cosas SON. Si ella NO ES, las otras cosas TAMPOCO SON.
Cada vez que empleamos la palabra "silla" o que se forma en nuestra mente el concepto de la "silla", la realidad es partida en dos: la "silla" y "lo-que-no-es-la-silla". Esta clase de división es a la vez violenta y absurda. La espada de la conceptualización funciona de esta manera porque aún no hemos advertido que la silla está compuesta enteramente de elementos que-no-son-silla. Y si estos elementos están presentes en la silla ¿cómo es posible separarlos de ella? Un individuo despierto ve vívidamente los elementos que-no-son-la-silla. Y si estos elementos están presentes en la silla, ¿cómo es posible separarlos de ella? Un individuo despierto ve vívidamente los elementos que-no-son-la-silla-al mirar la silla, y se da cuenta de que esta última no tiene límites, ni comienzo, ni final.
Del mismo modo, al seguir nuestra respiración meditamos sobre la índole de nosotros y del mundo, que no tiene principio ni fin. Al hacerlo, comprobamos que está a nuestro alcance liberarnos del nacimiento y de la muerte.
Negar la existencia de una silla es como negar la presencia del universo entero. Una silla existente no se vuelve inexistente por más que la partamos en varios pedazos o la quememos, Si realmente pudiéramos destruir una silla, destruiríamos el universo íntegro. EL concepto de "principio y fin" de las cosas está íntimamente ligado al de "ser y no-ser". Por ejemplo, ¿a partir de qué momento podemos decir que una bicicleta ha cobrado existencia y a partir de qué momento podemos decir que ya no existe? Si aseveramos que comienza a existir cuando se la termina de armar hasta la última de sus partes, ¿cómo podríamos decir, un poco antes de que esto suceda, "a esta bicicleta le falta sólo una parte"? Y si se rompe y ya no puede andar, ¿por qué decimos que ¨se rompió la bicicleta"? Si reflexionamos sobre el momento en que la bicicleta ES y el momento en que DEJA DE SER, advertiremos que no puede situársela en la categoría del "ser" o del "no ser", ni en las categorías del "principio" o el "fin".
El gran mendigo antiguo sigue sentado en el Pico del Buitre,
contemplando el hermoso crepúsculo.
¡Qué extraño, Gotama!
¿Quién ha dicho que la flor de Udumbara florece sólo cada tres mil años?
Si tienes el oído atento,
no puedes dejar de escuchar
el sonido de la marea que crece.
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