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Así es como el crowdfunding está ayudando a proteger nuestro planeta





Si no fuera por la generosidad del público, la icónica Estatua de la Libertad podría no tener la base sólida que tiene hoy. A finales del siglo XIX, los fondos del gobierno para el monumento se agotaron. Sin embargo, a través de una campaña de recaudación de fondos, el periódico New York World obtuvo el apoyo de más de 160.000 residentes para cubrir los costos del pedestal.


Así como los grandes monumentos necesitan bases sólidas para asegurar su existencia a largo plazo, también lo necesita el medio ambiente. En el caso de la conservación de la naturaleza, se requiere dinero para apoyar diversos proyectos de investigación, actividades sobre el terreno y actividades de divulgación destinadas a la protección y gestión de especies y hábitats.


Si bien la salud del medio ambiente sigue disminuyendo en todo el mundo, en la mayoría de las regiones la financiación pública no alcanza el nivel necesario para frenar las pérdidas de biodiversidad. La financiación colectiva o crowfunding puede desempeñar un papel importante y, a veces, subestimado en la conservación de la biodiversidad.


Nuestra nueva investigación presenta un análisis global de cómo el crowdfunding, un mecanismo financiero relativamente novedoso y aún menor en la comunidad conservacionista, está contribuyendo a la conservación en todo el mundo.


¿Qué se está financiando y por qué?


El crowdfunding ofrece un poderoso mecanismo para movilizar recursos para la conservación a través de los distintos países. Registramos 577 proyectos orientados a la conservación (de 72 plataformas de financiamiento colectivo), que han recaudado alrededor de US$4,8 millones desde 2009. Las personas que dirigían estos proyectos tenían su sede en 38 países, pero los proyectos se llevaron a cabo en 80 países.


Este patrón tiene importantes implicaciones para la conservación, ya que a menudo existe un desajuste entre las áreas de alta prioridad para la conservación global y los países con mayor capacidad financiera y técnica. Por ejemplo, descubrimos que un tercio de los proyectos fueron entregados a países distintos de donde se realizaban las campañas. Los EE.UU., el Reino Unido y Australia fueron los países con mayor flujo de salida de fondos para financiar proyectos ("exportadores de proyectos"). Indonesia, Sudáfrica, Costa Rica y México tuvieron las mayores entradas ("importadores de proyectos").





Mapa interactivo con la distribución mundial de la financiación colectiva para la conservación de la biodiversidad: países en los que se encuentran las plataformas pertinentes, países en los que se alojan los proponentes de los proyectos y países en los que se ejecutan los proyectos. (Mapa interactivo generado con CARTO)


El crowdfunding o la financiación colectiva podría estar apoyando el trabajo de conservación de actores que no tienen tanta capacidad para recaudar fondos.


Las personas que dirigieron los proyectos procedían principalmente de organizaciones no gubernamentales (35%) o universidades (30%), o eran trabajadores autónomos (26%). Es importante destacar que, entre las organizaciones no gubernamentales, descubrimos que las organizaciones que operan a nivel subnacional proponían la mayoría de los proyectos.


Además, la financiación colectiva para la conservación no se limita a la investigación. Mientras que la mayoría de los proyectos que revisamos se centraron en la investigación (40%), muchos abordaron la sensibilización sobre temas relacionados con la conservación (31%) o las actividades de trabajo de campo (21%).


Este sistema de micro aportes por la comunidad también puede servir para apoyar proyectos innovadores que los organismos de financiación tradicionales consideran demasiado arriesgados o poco convencionales. Por ejemplo, un proyecto apoyó la compra y capacitación de dos perros pastores Maremma para proteger a los pingüinos contra los zorros depredadores en el sudeste de Australia.


Estas oportunidades de innovación pueden tener consecuencias importantes para la conservación en todo el mundo; la financiación colectiva podría considerarse una incubadora de ideas nuevas antes de su difusión generalizada.


Más de la mitad de los proyectos que registramos (alrededor del 58%) se centraron principalmente en la protección de las especies amenazadas, especialmente de aves y mamíferos. Proyectos prominentes para salvar a los loros de vientre naranja o a los canguros arbóreos de Papúa Nueva Guinea, que se encuentran en peligro de extinción, son historias de éxito importantes.


Como vemos la financiación colectiva puede ser una herramienta importante, está apoyando proyectos que van desde la protección de áreas silvestres en la remota Tasmania hasta la investigación sobre la conservación de la costa de California.


Los beneficios del financiamiento colectivo se extienden más allá de los dólares


La cantidad de dinero para la conservación a través del crowdfunding ha sido hasta ahora relativamente modesta en comparación con los mecanismos más tradicionales de financiación de la conservación. Sin embargo, los beneficios de este sistema de recolección de fondos se extienden mucho más allá del dinero recaudado, ayuda a comunicar los problemas ambientales y a empoderar a los investigadores y a las comunidades. Pero, en última instancia, las fuentes de financiación tradicionales, como los organismos gubernamentales, siguen teniendo la función y el deber de invertir adecuadamente en la protección del medio ambiente y la conservación de la naturaleza. Teniendo en cuenta la extinción masiva de especies y de biodiverdidad, los gobiernos deben evitar la delegar su responsabilidad.


La discusión sobre las nuevas fuentes de financiamiento continúa. Al mismo tiempo, la transparencia y la supervisión siguen siendo fundamentales para gestionar las expectativas y la eficacia general de la financiación.



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