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Talleres dirigidos por Latour ¿Dónde aterrizar? las fuentes de la insensibilidad ecológica


Fuente: College des bernardins - 2022


"Y sin embargo, ante la mutación ecológica, en lugar de movilizarnos en todas las direcciones, como nuestros antepasados cuando se descubrieron nuevas tierras, permanecemos impasibles, indiferentes, desilusionados, como si nada pudiera pasarnos. Esto es lo que tenemos que entender." - Bruno Latour, Face à Gaïa, 2015, p. 246


 

En una entrevista a Bruno Latour, que había dado en mayo pero que fue muy difundida en ocasión de su muerte, se le preguntaba por unos talleres prácticos que él dirigía, dónde se intentaban explorar las fuentes de la impasibilidad general ante la situación ecológica y climática planetaria, y en dónde además de hacer reflexionar intelectualmente a los participantes se intentaba que sintieran y comprendieran emocionalmente la dependencia humana a toda la red de la vida.


Me parecieron muy interesantes, así que encontré el programa de los talleres en internet y lo comparto para que sus ideas sean fuente de inspiración y puedan ser adaptadas a diferentes contextos (en este caso, la información que conseguí son de talleres dados por los Bernardinos que es un contexto religioso).


A continuación el fragmento de la entrevista de Latour, dónde hablaba de ellos:


Antonio Spadaro: Tenemos que volver a aprender a movernos en el mundo en el que estamos, mientras que la tentación es disertar sobre el medio ambiente o la moral política en abstracto, fuera del mundo. Mientras tanto, el nuevo régimen climático y la ciencia del clima nos instan a estar atentos a la maraña de seres que conforman nuestra Tierra, nuestro «hábitat». ¿Lo hacen en los «talleres» que han promovido?

BL.: ¿Qué nos permite sobrevivir? ¿Cuáles son nuestros medios de vida? ¿Cómo se ven amenazados esos medios de vida? ¿Qué estamos dispuestos a hacer? ¿Por qué? ¿Qué hacemos para resistir? Son cuestiones muy sencillas de conciencia y orientación, pero abordarlas colectivamente, sin tratar de averiguar inmediatamente si debemos o no construir parques eólicos, si debemos o no clasificar nuestros residuos, tiene efectos verdaderamente terapéuticos. En nuestros talleres, se comparte colectivamente la descripción de nuestras condiciones de vida: es el primer paso hacia la articulación política, para poder expresar intereses comunes.

Hemos organizado estos talleres en muchos contextos: municipios, parroquias, en ciudades, en el campo… Al principio, los participantes pretenden sobrevivir sobre cosas completamente abstractas, pero a la tercera o cuarta repetición, se convierten en cosas concretas. Puede tratarse de una granja cuyas aguas están contaminadas porque hay un lavadero de coches al lado. O alguien que tiene una enfermedad cuya causa se desconoce y sobre la que se inicia una larga investigación para averiguar si depende de la alimentación o no, etc. Cada vez vemos un efecto terapéutico, un efecto de conversión que nos permite dar un paso adelante.


AS.: También hay toda una dimensión de trabajo sobre los afectos…

BL.: Sí, las pasiones que se asocian a la política de hoy son pasiones muy antiguas, muy tristes, muy estrechas, inadaptadas a la cuestión ecológica, que exige interesarse por muchas cosas un poco extrañas, por los paisajes, por los ecosistemas… Así que también se trabaja mucho con métodos artísticos para reactivar capacidades básicas de expresión que han desaparecido por completo. El aislamiento de los individuos hoy en día es tal que ni siquiera pueden ser ciudadanos. Un ciudadano es alguien que ve a otros ciudadanos y trata con otros. Intentamos restaurar la capacidad de escuchar y la capacidad de moverse en el espacio. Son cosas absolutamente elementales, pero esenciales. El objetivo no es discutir el drama de la situación —no sé qué será de mi nieto de dos años— sino «encarnar» nuestras existencias. Los participantes deben decirse a sí mismos: ¿qué puedo hacer?


AS.: ¡Verdaderos ejercicios espirituales!

BL.: Los talleres Où atterrir? (¿Dónde aterrizar?) o los talleres de los Bernardinos son ejercicios, espirituales o ecológicos, de liberación: uno se exorciza del modernismo, de una cierta dominación. Son dispositivos escatológicos, porque ahí hay que decidir. Una vez más, el espacio prepara mejor la liberación que el tiempo. Ahora mismo, ¿qué estás haciendo? El problema es que todos estos ejercicios, que son ejercicios de «encarnación», no siempre se consideran ejercicios espirituales. Esa es la dificultad. De ahí la crítica: ¿por qué el Papa se ocupa de estos asuntos que no son «religiosos»? Le preocupa el número de niños en la catequesis, ¡pero no la desaparición de los humedales! Que el tema de los humedales y el de los niños en la catequesis están atrapados en la misma cuestión espiritual, y que ésta entra poco a poco como la definición misma de lo que es ser cristiano, no es evidente. Sin embargo, ¡estos son los temas de la encarnación!


 

Los talleres

Proponer a los colectivos un ejercicio de autodescripción de sus condiciones de existencia para articular el "grito de la tierra y de los pobres".


Esta investigación explora las fuentes de la insensibilidad ecológica tal y como la formula Bruno Latour en Face à Gaïa (Editions La Découverte - Les Empêcheurs, octubre de 2015). El objetivo de esta investigación es identificar el origen propiamente religioso de esta insensibilidad, al tiempo que se explora, en la vía abierta por la obra de Bruno Latour, con todas las disciplinas capaces de informarla y explicarla, empezando por las ciencias, ya que son las que primero nos alertaron.


Reterritorialización y rituales

Iniciados por el seminario "Les sources de l'insensibilité écologique" del Collège des Bernardins y en relación con el Consorcio Où atterrir? (director científico Bruno Latour), los talleres Où atterrir? proponen acompañar a colectivos, parroquias, diócesis... así como a sus territorios en un trabajo de descripción de sus condiciones de existencia Desde marzo de 2021, este proyecto forma parte de la cátedra Laudato si'. Para una nueva exploración de la Tierra en el Collège des Bernardins.


El enfoque de la autodescripción de las condiciones de existencia fue imaginado y formulado por primera vez por el filósofo y sociólogo Bruno Latour en su libro Où atterrir? (2017). Este enfoque se promueve y desarrolla ahora en estos talleres y en el programa ¿Dónde aterrizar?


Un viaje para habitar mejor nuestros territorios

Los participantes en los talleres practican la descripción de su terreno de vida de una manera nueva, discerniendo lo que les permite vivir, de lo que dependen, pero también los otros terrenos que dependen de ellos para vivir, presentando a los demás lo que les apega, lo que valoran.


Los ejercicios individuales y grupales guían el trabajo de autodescripción. Las relecturas jalonan el curso, reflejándolo a la luz de la Laudato si' del Papa Francisco y de las Escrituras.


El objetivo de estos talleres es ayudar a los participantes a tomar conciencia de sí mismos y ser más sensibles al "grito de la tierra y de los pobres", un grito del que se hace eco el Papa Francisco en la encíclica Laudato si'. Compartir con otros durante los talleres, así como conocer o conectar con otras personas y grupos comprometidos con el mismo trabajo de autodescripción, también busca fomentar una movilización más encarnada, mejor conectada con el territorio y con la diversidad de sus habitantes.


El itinerario espiritual de los ejercicios y talleres ¿Dónde aterrizar?

En la segunda parte de su encíclica (LS2), el Papa Francisco afirma que la degradación del planeta es el síntoma externo de un drama interno: por un lado, la violencia "en el corazón humano herido por el pecado"; por otro, el olvido de nuestra condición terrenal: olvidamos que estamos hechos de elementos del planeta, que necesitamos aire y agua para vivir. Este olvido conduce a una incapacidad de ver y a una insensibilidad que nos condena a transmitir a toda la Creación la violencia que hay en nosotros. Pero, ¿cómo podemos curar tanto la violencia contra la creación como el olvido de lo que somos?


Laudato si' es un viaje espiritual de conversión a Jesucristo, destinado a curarnos de la insensibilidad y a salvarnos del olvido de nuestra propia condición terrenal. Los talleres "¿Dónde aterrizar?" acompañan este viaje. A través de ejercicios de autodescripción, trabajan, como los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, hacia la transformación interior a la que nos compromete la encíclica. Esta transformación consiste, en primer lugar, en hacernos sensibles a nuestras propias condiciones de existencia, luego en discernir las formas de apego que nos unen a otros seres vivos, humanos y no humanos, así como las amenazas a estas relaciones, y finalmente en decidir qué podemos hacer para cuidarlas. Estos ejercicios, "terrenales" podríamos decir, son una propedéutica para aprender a habitar la tierra como hijos de Dios, actuando e interactuando con los demás.


Las tres etapas del viaje

Los talleres se dividen en tres etapas: Observar, Orientar, Trabajar y en sesiones de 2h/2h30, durante una media de 6 sesiones, en grupos de 8 a 15 personas.


1ª etapa: Observar

Esta primera etapa, a través de ejercicios de atención, permite a cada persona del grupo tomar conciencia de lo que le rodea y le permite vivir, describiendo, por sus propios medios, sus condiciones de existencia. De este modo, cada persona toma conciencia de las interdependencias: tomar conciencia de lo que cada persona depende, así como de lo que depende de cada persona, para poder vivir.


Paso 2: orientarse

Una vez identificado lo que permite vivir a cada persona, el segundo paso consiste en discernir y despertar las capacidades de acción y las diferentes cualidades únicas de cada persona. Cada persona del grupo identifica una queja y trabaja en articular esta queja de forma concreta, discerniendo qué hace y qué puede hacer en relación con estas dificultades, con qué aliados y frente a qué adversarios.


Paso 3: Pasar a la acción

Después de discernir una queja, en el tercer paso, será posible investigar qué cosa/s es/son amenazantes y qué valora cada persona. Será el momento de ir más allá del colectivo (parroquias, diócesis...) hacia los demás, aliados o adversarios, que cada uno habrá empezado a identificar, y a actuar. La revelación de los cualidades particulares puede llevar al desarrollo de otros tipos de acción dentro de la parroquia, el colectivo, el territorio. El trabajo a realizar dependerá de cada colectivo, de cada territorio y de lo que se revele en el camino.

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