Fuente: The Guardian - FAO - Junio 2020
Los expertos temen que los enjambres como los que se ven en África se hagan más comunes a medida que las tormentas tropicales creen condiciones favorables para la reproducción
La crisis de la langosta que ha llegado a 10 países podría seguir poniendo en peligro a millones de personas más, según los pronósticos.
El cambio climático creó condiciones sin precedentes para que las langostas se reprodujeran en el desierto generalmente estéril del Golfo Arábigo, según los expertos, y los insectos pudieron entonces propagarse a través del Yemen, donde la guerra civil ha devastado la capacidad de controlar las poblaciones de langostas.
Fue el ciclón Mekunu, que azotó en 2018, el que permitió que varias generaciones de langostas del desierto, la arena húmeda y la vegetación prosperaran en el desierto entre Arabia Saudita, Yemen y Omán conocido como el Rub' al Khali, reproduciéndose y formándose en enjambres devoradores de cosechas, dijo Keith Cressman, experto en previsión de langostas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Las lluvias fuera de temporada han permitido que las plagas del desierto se reproduzcan rápidamente y se extiendan a través de grandes distancias, dejando una estela de devastación.
Recordemos que durante Mayo de este año, se han reportado en esta misma parte de Omán, lluvias inusualmente intensas, produciéndose en un par de días las lluvias promedio de años. Recibiendo la zona 360mm de precipitaciones cuando el promedio es 3mm..
Se preveía que una infestación inicial de langostas en diciembre se extinguiera durante la actual estación seca. Pero las lluvias fuera de temporada han permitido que varias generaciones de langostas se reproduzcan, lo que ha dado lugar a la formación de nuevos enjambres que han estado causando devastación en franjas de África, Asia y el Oriente Medio. Como resultado, los países han estado luchando contra las plagas durante meses para evitar una crisis de hambre.
Las langostas del desierto, que viven en zonas entre África occidental y la India, son las que causan más devastación y les gusta reproducirse en condiciones de humedad. Estas langostas viven durante tres meses. Los huevos eclosionan dos semanas después de haber sido puestos, y las langostas se convierten en adultas después de unas seis semanas.
A pesar de las operaciones de control, las fuertes lluvias recientes han creado condiciones ideales para la reproducción de la plaga en varios países. Los ejemplares jóvenes se convertirán en adultos voraces en junio, justo cuando los agricultores empiecen a cosechar, lo que agravará una situación ya de por sí sombría en materia de seguridad alimentaria. Las langostas adultas pueden comer su peso corporal todos los días, y volar hasta 150 km al día en busca de nuevos suministros. "Las langostas, combinadas con los efectos de COVID-19, podrían tener consecuencias catastróficas para los medios de vida y la seguridad alimentaria", subrayó QU Dongyu el Director de la FAO. Las previsiones del recientemente publicado Informe mundial sobre las crisis alimentarias indicaban que más de 25 millones de personas padecerán hambre aguda en África oriental en 2020, y otros 17 millones en el Yemen. Es probable que la pandemia de COVID-19 siga socavando la seguridad alimentaria.
La FAO apoyó rápidamente a los gobiernos en la ampliación de las actividades de control en enero y está lanzando un llamamiento urgente para apoyar a diez países a contener el aumento y prever los efectos devastadores en los medios de vida y la seguridad alimentaria.
Se estima que gracias a las campañas realizadas se han ahorrado hasta ahora unas 720 000 toneladas de cereales -evitando la propagación de las langostas y el daño a muchas más hectáreas-, suficientes para alimentar a cinco millones de personas durante un año. También se salvaron los medios de subsistencia de otros 350 000 hogares de pastores. Qu destacó que no sólo importaba el corto plazo, sino también la acción a mediano y largo plazo para apoyar a los gobiernos y las autoridades regionales a crear capacidad para anticipar, preparar y prevenir futuros brotes. En los próximos meses, las langostas del desierto seguirán reproduciéndose en Etiopía, Kenya y Somalia. En junio se formarán nuevas nubes de langostas que emigrarán al Sudán a través del Sudán meridional y plantearán un riesgo para el Sahel en el África occidental. También hay un mayor riesgo a ambos lados de la frontera indo-pakistaní, donde siguen produciéndose brotes en la República Islámica del Irán y el Pakistán.
Kenya está experimentando su peor infestación desde hace 70 años, y los pastores se quejan de que la vegetación de la que se alimenta su ganado está siendo eliminada. Etiopía y Somalia no han visto un brote tan grave desde hace 25 años. Los enjambres también han estado destruyendo los cultivos en Uganda, India y Pakistán.
El último brote de langosta comparable se produjo a finales del decenio de 1940 y en el decenio de 1950.
Históricamente, el Golfo Arábigo tiene muy pocos ciclones. Sin embargo, el último decenio ha traído consigo un aumento significativo gracias al dipolo del Océano Índico, fenómeno vinculado a las inundaciones en el Océano Índico occidental, al clima seco en el este y a los incendios forestales en Australia.
Keith Cressman experto de la FAO, cuyo trabajo consiste en examinar las condiciones históricas para comprender la evolución actual del insecto, dijo que los cambios de comportamiento del clima lo dificultan. "Esta metodología de predicción análoga solía funcionar bastante bien hasta hace cinco años, y ya no funciona muy bien en absoluto debido a las precipitaciones, el tiempo, la distribución. Es muy diferente", dijo.