Hay diversas iniciativas para poner en marcha una economía circular, la tecnología la tenemos, pero primero tenemos que cambiar las consciencias.
Fuente: World Economic Forum - Octubre 2019
Por Antonia Gawel
Mi hija de cinco años me preguntó recientemente si podía llevar una bolsa y sus guantes de jardinería a la escuela. Dije que sí, por supuesto, pero ¿por qué? Me contestó que en el recreo había empezado a recoger la basura en el patio de su escuela y que había demasiado que llevar en las manos, de ahí la necesidad de una bolsa.
Inicialmente, me llenó de orgullo que esta pequeña persona que apenas podía salir por la puerta a tiempo por la mañana no sólo había absorbido mis constantes quejas sobre la importancia de proteger nuestro medio ambiente, sino que también había entendido y tomado las cosas en sus propias manos. Un activista a los cinco años.
Sin embargo, después de escuchar las poderosas palabras de Greta Thunberg durante la Cumbre del Clima de la ONU, de repente me sentí en conflicto. ¿Debería sentirme orgullosa, o más bien avergonzada por el mundo que hemos creado, en el que una niña de cinco años pasa el tiempo jugando con sus amigos, recogiendo basura?
Es hora de repensar el sistema
Las tendencias son claras. Hemos avanzado hacia una economía del tirar, del desperdicio, en la que los valiosos recursos que extraemos se desperdician y causan daño a las personas y al planeta. Los desafíos que presentan los plásticos de un solo uso son bien conocidos, ya que se estima que cada minuto se vierte al mar un camión; alrededor del 25% de los alimentos hechos para el consumo humano se desperdicia; y en los últimos 15 años, la producción de ropa se ha duplicado, pero los consumidores usan su ropa la mitad de veces, para destacar sólo unos pocos ejemplos.
La extracción y el procesamiento de los recursos naturales que fluyen rápidamente a través de nuestras economías contribuyen a la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, el valor intrínseco de estos recursos es inmenso. Se estima que unos 62.500 millones de dólares anuales están enterrados en los desechos electrónicos en forma de oro, platino y otros materiales valiosos, es decir, tres veces más que la producción anual de las minas de plata del mundo y más que el PIB de la mayoría de los países.
Los empresarios y los innovadores están haciendo frente al desafío
La buena noticia es que una ola de empresarios e innovadores está empezando a darse cuenta. El festival de innovación de Bitz y Prezel, inauguró con un enfoque poderoso y convincente sobre la necesidad de una innovación que provoque "impacto" para ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La combinación de la pasión empresarial y la energía con las tecnologías emergentes de la Cuarta Revolución Industrial están empezando a generar resultados increíbles.
Emprendimientos como Karma están encontrando maneras creativas de conectar el sobrante de comida de las tiendas y restaurantes con compradores. Capturado en nuestro informe centrado en la tecnología de la Cuarta Revolución Industrial para la economía circular, otros ejemplos incluyen empresas como Circularise, que está desarrollando un protocolo de comunicación basado en blockchain que proporciona transparencia a la cadena de valor; Plataforma Verde en Brasil, que está trabajando con el gobierno municipal de Sao Paulo para crear un sistema de recogida de residuos alimentado digitalmente que rastrea los materiales y garantiza su eliminación adecuada; o AmpRobotics, que está transformando la economía del reciclaje a través de la inteligencia artificial y la robótica.
Promover, apoyar y conectar a los empresarios circulares de todo el mundo
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo se está aplicando la tecnología para influenciar positivamente nuestra economía lineal. Son sólo la punta visible del iceberg.
Ejemplos similares se pueden encontrar desde Sudáfrica hasta Chile, Colombia, los Emiratos Árabes Unidos, la India y más allá, con innovadores locales ideando impresionantes soluciones e innovaciones. La cuestión ahora es cómo podemos ayudar colectivamente a apoyar y conectar a los innovadores de todo el mundo para acelerar la transición de la economía circular. Por eso, durante la Cumbre sobre el Impacto en el Desarrollo Sostenible de este año, el Foro Económico Mundial, en colaboración con los socios de la Plataforma para la Aceleración de la Economía Circular, puso en marcha SCALE 360, una asociación mundial que pretende hacer precisamente esto.