Lovelock: "Disfruta de la vida mientras puedas: en 20 aƱos el calentamiento global serƔ un desastre"
- Homo consciens
- 18 jul 2022
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Fuente: The Guardian - Por Decca Aitkenhead - 1 Mar 2008
El inconformista de la ciencia del clima cree que la catĆ”strofe es inevitable, que la compensación de carbono es una broma y que la vida Ć©tica es una estafa. ĀæY quĆ© harĆa Ć©l?
En 1965, los ejecutivos de Shell querĆan saber cómo serĆa el mundo en el aƱo 2000. Consultaron a una serie de expertos, que especularon sobre aerodeslizadores impulsados por fusión y "todo tipo de cosas tecnológicas fantasiosas". Cuando la petrolera preguntó al cientĆfico James Lovelock, Ć©ste predijo que el principal problema en el aƱo 2000 serĆa el medio ambiente. "Entonces empeorarĆ” hasta tal punto que afectarĆ” seriamente a su negocio", dijo.
"Y por supuesto", dice Lovelock, con una sonrisa 43 aƱos despuƩs, "eso es casi exactamente lo que ha ocurrido".
Desde mediados de los aƱos 60, Lovelock ha estado haciendo predicciones desde su laboratorio unipersonal en un viejo molino de Cornualles, cuya precisión constante le ha hecho ganarse la reputación de ser uno de los cientĆficos independientes mĆ”s respetados -aunque inconformista- de Gran BretaƱa. Trabajando en solitario desde los 40 aƱos, inventó un dispositivo que detectaba los CFC, que ayudó a detectar el creciente agujero en la capa de ozono, e introdujo la hipótesis Gaia, una teorĆa revolucionaria segĆŗn la cual la Tierra es un superorganismo autorregulado. Inicialmente ridiculizada por muchos cientĆficos como una tonterĆa new age, hoy esa teorĆa constituye la base de casi toda la ciencia del clima.
Durante dĆ©cadas, su defensa de la energĆa nuclear horrorizó a sus colegas ecologistas, pero recientemente un nĆŗmero cada vez mayor de ellos se ha acercado a su forma de pensar. Su Ćŗltimo libro, La venganza de Gaia, predice que en 2020 el clima extremo serĆ” la norma, causando una devastación global; que en 2040 gran parte de Europa serĆ” sahariana y partes de Londres estarĆ”n bajo el agua. El informe mĆ”s reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio ClimĆ”tico (IPCC) utiliza un lenguaje menos dramĆ”tico, pero sus cĆ”lculos no estĆ”n a un millón de kilómetros de los suyos.
Como la mayorĆa de la gente, mi pĆ”nico al cambio climĆ”tico sólo es comparable a mi confusión sobre lo que deberĆa hacer al respecto. Por eso, un encuentro con Lovelock se parece un poco a una audiencia con un profeta. En una oficina llena de libros, papeles y artilugios con diales y cables, este hombre de 88 aƱos expone sus ideas con una convicción tranquila e inquebrantable que puede resultar desconcertante. MĆ”s alarmante incluso que sus apocalĆpticas predicciones sobre el clima es su absoluta certeza de que casi todo lo que intentamos hacer al respecto es erróneo.
El dĆa que nos reunimos, el Daily Mail ha lanzado una campaƱa para librar a Gran BretaƱa de las bolsas de plĆ”stico de la compra. La iniciativa se inscribe cómodamente en el canon actual de las ideas ecológicas, junto al consumo Ć©tico, la compensación de emisiones de carbono, el reciclaje, etc., que se basan en el cĆ”lculo de que los ajustes individuales del estilo de vida pueden salvar el planeta. Esto es, segĆŗn Lovelock, una fantasĆa engaƱosa. La mayorĆa de las cosas que nos han dicho que hagamos pueden hacernos sentir mejor, pero no cambiarĆ”n nada. El calentamiento global ha superado el punto de inflexión y la catĆ”strofe es imparable.
"Es demasiado tarde para ello", dice. "Tal vez si hubiĆ©ramos seguido rutas como esa en 1967, podrĆa haber servido de algo. Pero no tenemos tiempo. Todas estas cosas verdes estĆ”ndar, como el desarrollo sostenible, creo que son sólo palabras que no significan nada. Mucha gente me dice que no se puede decir eso, porque no nos da nada que hacer. Yo digo que, por el contrario, nos da mucho que hacer. Sólo que no el tipo de cosas que uno quiere hacer".
Descarta enĆ©rgicamente las ideas ecológicas, una por una. "ĀæCompensación de carbono? Ni se me ocurrirĆa. Es una broma. ĀæPagar dinero para plantar Ć”rboles y pensar que estĆ”s compensando el carbono? Probablemente estĆ”s empeorando las cosas. Es mucho mejor donar a la organización benĆ©fica Cool Earth, que da el dinero a los pueblos autóctonos para que no talen sus bosques".
ĀæIntentan Ć©l y su mujer limitar el nĆŗmero de vuelos que toman? "No, no lo hacemos. Porque no podemos". Y el reciclaje, aƱade, es "casi seguramente una pĆ©rdida de tiempo y energĆa", mientras que tener un "estilo de vida verde" equivale a poco mĆ”s que a "grandes gestos ostentosos". DesconfĆa de la noción de consumo Ć©tico. "Porque siempre, al final, resulta ser una estafa... o si no lo era al principio, se convierte en una".
De forma un tanto inesperada, Lovelock admite que la campaƱa de las bolsas de plĆ”stico del Correo parece, "a primera vista, algo bueno". Pero resulta que se trata en gran medida de una respuesta tĆ”ctica; considera que es simplemente una reorganización mĆ”s de las tumbonas del Titanic, "pero he aprendido que no tiene sentido provocar una pelea por todo". Guarda sus argumentos para lo que considera la falsa promesa mĆ”s vacĆa de todas: las energĆas renovables.
"Nunca se va a obtener suficiente energĆa del viento para hacer funcionar una sociedad como la nuestra", dice.
"Ā”Molinos! Oh, no. No hay manera de hacerlo. Puedes cubrir todo el paĆs con esas malditas cosas, millones de ellas. Una pĆ©rdida de tiempo". (Nota de Climaterra: para una revisión de la transición energĆ©tica vĆ©ase "A travĆ©s del ojo de una aguja: Una perspectiva eco-heterodoxa de la transición a energĆas renovables" - aquĆ y luego al final del artĆculo hay mĆ”s links).
Todo ello con un aire de benigna maravilla ante la intratable estupidez de la gente. "Lo veo con todo el mundo. La gente sólo quiere seguir haciendo lo que hace. Quieren que todo siga igual. Dicen: 'Oh sĆ, va a haber un problema mĆ”s adelante', pero no quieren cambiar nada".
Lovelock cree que el calentamiento global es ya irreversible, y que nada puede evitar que grandes partes del planeta se vuelvan demasiado calientes para habitarlas, o que se hundan bajo el agua, lo que provocarĆa migraciones masivas, hambrunas y epidemias. Gran BretaƱa se va a convertir en un bote salvavidas para los refugiados de la Europa continental, asĆ que en lugar de perder el tiempo con los aerogeneradores tenemos que empezar a planificar cómo sobrevivir. Para Lovelock, la lógica es clara. La brigada de la sostenibilidad estĆ” loca al pensar que podemos salvarnos volviendo a la naturaleza; nuestra Ćŗnica oportunidad de sobrevivir no vendrĆ” de menos tecnologĆa, sino de mĆ”s. (Nota de Climaterra: para una visión opuesta, vĆ©ase aquĆ la opinión de Vandana Shiva )
Un estudio de Stanford pone en duda la captura de carbono - aquĆ
La energĆa nuclear, argumenta, puede resolver nuestro problema energĆ©tico; el mayor reto serĆ” la alimentación. "QuizĆ” se sinteticen los alimentos. No lo sĆ©. La sintetización de alimentos no es una idea loca y visionaria; se puede comprar en Tesco's, en forma de Quorn. No es tan bueno, pero la gente lo compra. Se puede vivir con ello". Pero teme que no inventemos las tecnologĆas necesarias a tiempo, y espera que "alrededor del 80%" de la población mundial desaparezca en 2100. Los profetas han predicho el Armagedón desde el principio de los tiempos, dice. "Pero esto es lo real".
Ante dos versiones del futuro -la acción preventiva de Kyoto y el apocalipsis de Lovelock- Āæa quiĆ©n debemos creer? Algunos crĆticos han sugerido que la disposición de Lovelock a ceder en la lucha contra el cambio climĆ”tico se debe mĆ”s a la vejez que a la ciencia: "La gente que dice eso de mĆ no ha llegado a mi edad", dice riendo.
Pero cuando le pregunto si atribuye las predicciones contradictorias a las diferencias en la comprensión cientĆfica o a la personalidad, dice: "Personalidad".
Hay algo mĆ”s que una pizca de controversia en su trabajo, y parece una coincidencia poco probable que Lovelock se convenciera de la irreversibilidad del cambio climĆ”tico en 2004, en el mismo momento en que el consenso internacional se acercaba a la necesidad de una acción urgente. ĀæNo son sus teorĆas impulsadas, al menos en parte, por una afición a la herejĆa?
"”Ni un poco! ”Ni un poco! ”Todo lo que quiero es una vida tranquila! Pero no puedo dejar de notar cuando suceden cosas, cuando sales y encuentras algo. A la gente no le gusta porque les trastoca las ideas".
Pero la sospecha parece confirmarse cuando le pregunto si le ha resultado gratificante ver que muchas de sus advertencias sobre el cambio climÔtico han sido refrendadas por el IPCC. "”Oh, no! De hecho, ahora estoy escribiendo otro libro, estoy a un tercio de su recorrido, para intentar dar los siguientes pasos adelante".
Los entrevistadores suelen comentar la discrepancia entre las predicciones catastrofistas de Lovelock y su buen humor. "”Pues yo soy alegre!", dice sonriendo. "Soy optimista. Va a suceder".
La humanidad se encuentra en un periodo exactamente igual al de 1938-9, explica, cuando "todos sabĆamos que algo terrible iba a ocurrir, pero no sabĆamos quĆ© hacer al respecto". Pero una vez iniciada la segunda guerra mundial, "todo el mundo se entusiasmó, le encantaron las cosas que podĆa hacer, fueron unas largas vacaciones... asĆ que cuando pienso ahora en la crisis inminente, pienso en esos tĆ©rminos". Un sentido de propósito: eso es lo que quiere la gente".
A veces me pregunto por las credenciales de Lovelock como profeta. A veces parece menos lĆŗcido con visión cientĆfica que dispuesto a ver la versión del futuro que buscan sus prejuicios. Socialista de joven, ahora estĆ” a favor de las fuerzas del mercado, y no estĆ” claro si su polĆtica es hija o padre de su ciencia. Su hostilidad a las energĆas renovables, por ejemplo, se expresa en tĆ©rminos sorprendentemente euroescĆ©pticos de irritación con las subvenciones y los burócratas. Pero luego, cuando habla de la Tierra -o de Gaia- lo hace en los tĆ©rminos cientĆficos mĆ”s puros.
"Ha habido siete catÔstrofes desde que el ser humano llegó a la Tierra, muy similares a la que estÔ a punto de ocurrir. Creo que estos acontecimientos siguen separando el trigo de la paja. Y al final tendremos un humano en el planeta que realmente lo entienda y pueda vivir con ello adecuadamente. Esa es la fuente de mi optimismo".
ĀæQuĆ© harĆa Lovelock ahora, le pregunto, si fuera yo? SonrĆe y dice: "Disfrutar de la vida mientras puedas. Porque, si tienes suerte, pasarĆ”n 20 aƱos antes de que te toque el ventilador".
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